Entre plantas de algodón y vías históricas llegamos al centro de visitantes de JOBANER, Jobos Bay Nacional Estuarine Reserve, o Reserva Nacional Estuarina de Bahía de Jobos. Percibí la grandeza de antaño, ahora venida a menos en estructuras abandonadas, pasando el antiguo semáforo del tren. Íbamos para una reunión comunitaria que prometía nuevas alternativas para la zona. La Iniciativa de Ecodesarrollo de Bahía de Jobos, IDEBAJO, dicen que es el secreto mejor guardado de la región. Me intrigaba saber cómo las comunidades podían sacar provecho del encanto natural que emana del valle. Parecía una reunión familiar, besos y abrazos. Los participantes reían y preguntaban por los hijos, las madres, los primos y vecinos de cada quien con algarabía. Tardamos un poco en organizarnos, en dejar de hablar con el vecino y sentarnos tranquilos. Wanda Rodríguez y Justina Díaz tomaron la palabra; ellas eran las capitanas del barco. Dividieron y distribuyeron el tiempo entre chistes hasta que eventualmente comenzaron la reunión, reloj en mano.
Carmen González se presentó y comenzó su intervención hablando de Aguirre Verde y una directriz de La Fortaleza para que 16 agencias junto al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales creen un proyecto piloto que incluya tres aspectos: conservación del ambiente, desarrollo de empresas comunitarias y una iniciativa eco-turística para Aguirre. Carmen le hizo un acercamiento a IDEBAJO y decidió convertirlo en el proyecto estrella de esta iniciativa, de modo que Aguirre Verde se beneficia de los planes ya trazados de IDEBAJO y éstos últimos de establecer vías de comunicación y de promover estas iniciativas se logren. Carmen se convirtió en la representante de IDEBAJO ante las agencias del gobierno con las cuales se reúne cada dos semanas.
La Bahía de Jobos es un lugar con unos encantos naturales extraordinarios que se pueden apreciar mejor en un paseo en kayak. Precisamente por esto que se desarrolló una pequeña empresa de kayaks llamada Bahía Kayak, que ya cuenta con treinta canoas. José Menéndez y Daisy Miranda explicaron que la idea comenzó con una pescadería que quería rentar kayaks y se amplió para incorporar a personas de los barrios Playita, Las Mareas, Mar Negro y Mosquito. Sin embargo el tiempo disponible para atender el negocio era limitado porque “los pescadores tienen que pescar,” dijo Menéndez. De ahí surgió la idea de organizarlas todas bajo un solo techo. Bahía Kayaks se encargará de hacer arreglos para el alquiler, conducir paseos, hacer reservaciones, cuidar el equipo, y atender a los clientes. Las ganancias se distribuirán entre la administración, las pescaderías y Daisy Kayak, que son los miembros de la corporación. Para manejar este proyecto, Bahía Kayak entrenará doce personas de las pescaderías, no sólo en el manejo de kayaks, sino en reconocimiento de flora y manejo de seguridad.
De momento, hablan de un proyecto de siembra de hortalizas. Yaminette Rodríguez y Luis Santiago explicaron que el espacio que preparan servirá para mucho más que la siembra de verduras. La idea es convertirlo en un lugar de adiestramiento y de prueba de productos orgánicos y estrategias de manejo de cosechas. Así podrá servir como escuela de siembra de huertos caseros. Quieren plantar habichuelas tiernas, tomates, lechuga, pimientos, pepinillos, melones y gandules hasta el momento. Localizarán un puesto de venta de cosecha en el área de Aguirre y así generarán ingresos.
Uno de los aspectos que me atrapó al llegar fueron las ruinas del antiguo tren. Además del semáforo y las vías, existe todavía la antigua estación; otro elemento de potencial turístico. El arquitecto Jorge Ortiz y Leslie Rodríguez están a cargo de la recuperación de la estructura que serviría como centro de recibimiento e información para los turistas. Para que no pierda su encanto histórico, se planifica restaurar siguiendo las líneas originales pero incluyendo elementos nuevos. En palabras de Jorge Ortiz: “fiel a las formas históricas, pero reconociendo necesidades modernas”, como rampas para personas con impedimentos y baños y se colocarán paneles solares. Para completar la rehabilitación de la estación se adiestrarán miembros de la comunidad en el arte de la carpintería tradicional.
Ahora el líder comunitario de Las Arizonas en Arroyo, Alberto Rubio, asume su turno. Explica que el proyecto Punta Guilarte pretende crear pequeñas empresas basadas en el centro turístico de allí. Tienen la idea de crear un restaurante y centro de ventas de artesanías, alquiler de kayaks y bicicletas en los alrededores del faro. Esta primera fase la están elaborando con la Oficina para el Financiamiento Socioeconómico y la Autogestión. La idea es involucrar la comunidad en el proceso administrativo. Pretenden que la playa obtenga la clasificación de Bandera Azul, otorgada por la Foundation for Environmental Education. La segunda fase consiste en la administración de estacionamientos. En último lugar está la habilitación de las villas para las cuales se capacitará a jóvenes en carpintería, albañilería y electricidad. De este grupo se escogerá el personal para restaurar y habilitar el área del balneario. La idea es crear muchas pequeñas empresas y para eso se hará una organización sin fines de lucro, con base en Arroyo.
Lo que IDEBAJO considera su proyecto más importante es el programa de jóvenes organizados bajo Diálogo Ambiental. La organización tiene quince años de experiencia en la lucha ambiental, y sin embargo, el proyecto para incorporar jóvenes es relativamente reciente. Buscan realizar el “relevo generacional” en palabras de Tata Santiago, quién representó al grupo en la reunión. Diálogo Ambiental comenzó en el 2006 a realizar convivencias ambientales en los veranos, que consistían de actividades ambientales y pernoctar con jóvenes de Salinas, Guayama, Patillas, área aledañas. La idea es integrar a la juventud en los procesos de protección ambiental. Para darle seguimiento, este año han estado realizando una actividad mensual con los integrantes de la organización, en la cual también pernoctan. En las actividades se profundiza en temas como la conservación de recursos, la agricultura y la seguridad agrícola.
Durante la reunión de IDEBAJO, el grupo decidió dar prioridad a complementar los recursos que requiere Diálogo Ambiental para llevar a cabo las convivencias ambientales de los jóvenes. Fue una decisión rotunda. Nada hay más importante que “pasar el batón”, coincidieron.
Entre Cayey y Salinas se sitúan unas 1,500 cuerdas que recientemente se convirtieron en una reserva natural en el año 2006. Esto fue posible gracias a los residentes de Parcelas Vázquez, donde se creó un grupo comunitario llamado Ciudadanos al Rescate de Cerro Planadas y Yeyesa. Además de la finca Yeyesa, la reserva se compone de 102 fincas menores que tienen entre 2 y 25 cuerdas de terreno. Más allá de sus encantos naturales, el área tiene ruinas de distintos periodos históricos. Los restos de las casas de la primera mitad del siglo XX dan detalles de la vida agrícola de ese tiempo. A la vez, tiene un parque ceremonial indígena y otros restos. A pesar de que la comunidad de Parcelas Vázquez ya está parcialmente organizada, aún están en proceso de idear proyectos eco-turísticos para desarrollar pequeñas empresas en el área.
La recopilación de libros que llevan a cabo Justina Díaz y su compañero Carlos Lago desde hace nueve años también forma parte de IDEBAJO. En éstos libros hay suficiente sabiduría acumulada para ayudar en todas y cada una de las iniciativas. Actualmente bajo la organización sin fines de lucro El Mundo por los Libros, la familia ha recopilado aproximadamente unos 20,000 libros, que de otro modo serían parte del problema de basura que existe en la isla actualmente. Piensan hacer una biblioteca disponible para IDEBAJO.
Al terminar la sesión, un buen café. Me quedo pensando en que éstas son las iniciativas urgentes para transformar a Puerto Rico en un país distinto, desde las comunidades. Observo las ramas de algodón que recolecté al llegar a Guayama y desde entonces me llenan de esperanza.